Aquellos ojos del color del color, a una
altura azul,
cunden copihues, humo de agua,
con tanto encanto blanco en el espíritu.
¿Había viento a aquellas horas o
eran abejas borrachas
trayendo miel y sangre
al panal de mi cráneo?
Porque el agua es hermosa
y el cielo es hermoso
y ambos son buenos amigos -dijo-
Porque la luz es la cruz de la estrella
y mis pechos la cruz de la luz...
Porque en silencio sabemos lo que somos,
a una altura azul:
el águila y el cisne,
el venado y el puma,
montañas de carne y hueso,
cementerio de la eternidad.
Jaime Huenún. (Chile)
La voz del silencio
Después de mucho esfuerzo pude desprenderme del ruido del mundo y quedarme con la mente en blanco para escuchar la voz del silencio y llegar a saber lo que soy en realidad.
Raúl Czejer
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