sábado, 12 de abril de 2014

Meditación





                                                   La voz del silencio

 
“Cuando abrió el séptimo sello, se hizo un gran silencio en el cielo."
                                                                                        Apocalipsis

 
“Porque en el silencio aprendemos lo que somos”, leí  en  Jaime Huenún cierto día.
Deduje entonces que en el ruido   no aprendemos lo que somos o aprendemos lo que no somos y me propuse entonces ignorar sus enseñanzas y en adelante  escuchar solamente lo que el silencio tuviera que decirme.

 

Borré de mi mente la montaña de palabras que escuchara en las habladurías de la gente, en la cháchara de los medios y en  los gritoneos  de las bandas musicales. Y olvidé el tronar de las máquinas,  el rugir de los motores,    los sonidos del bosque y el rumor del agua en el arroyo…

 

Después de mucho esfuerzo pude desprenderme de la algarabía del mundo y  quedar  a solas con el silencio  a la espera de que su voz me dijera lo que soy.

 

El silencio nada dijo. De repente me vino a la memoria la fragilidad de la caña de Pascal.

 

Aprendí  entonces que soy nada, como el silencio, que sin decir una palabra me puso en la presencia del fondo de mi ser. Y comprendí qué es existir. Desde entonces, he llegado a ser para mí mismo un gran interrogante y busco una respuesta más allá del silencio y de la nada.
 
Gracias por tu amable atención.
                                                                                         Raul Czejer

 

 

 

 

 

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